Una reflexión para cada día de Cuaresma: lunes 9 de marzo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.» Lc 6, 36-38
Palabras del Hno. Henri Vergés, mártir de Argelia:
“Mi presencia en ese lugar, es solamente necesaria en la medida que Dios lo ha querido para mí y para mis hermanos. Como Jesús, estar totalmente disponible a la voluntad del Padre. Ser la pequeña flor que se abre allí donde el Señor la ha plantado o trasplantado en la tierra de los hombres, pero siempre regado por el agua de vida del Espíritu Santo. En todo y siempre ser un sí como María”.
“Ser transparencia del Evangelio. Ser una semilla oculta en la tierra de los hombres donde podrá brillar el fermento del Evangelio. Dejarme transformar un poco cada día por la Palabra viva del Evangelio: No dejarme debilitar por la desvitalización de la rutina, de la distracción, de la instalación en la comodidad. Que pueda hacer brotar constantemente, en mí, el hombre nuevo.
“Paciencia, perseverancia calmada y tranquila. Como el sembrador que confía su grano a la tierra y deja que el tiempo de Dios haga su trabajo. Dios me ha enviado a sembrar el grano en el campo escogido por él: siembra en paz y deja que él cuide el crecimiento. Sin asombrarse de la presencia de la cruz, como en la vida de Jesús”
(Extracto escrito en Sour-el-Ghozlane, entre 1986 y 1988).