Una reflexión para cada día: Cuarto sábado de Pascua 9 de mayo 2020
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. [Jn 14, 7-13]
“El Amor es el que da paz a los hombres, calma a los mares, silencio a los vientos, lecho y sueño a la inquietud. Él es el que aproxima a los hombres, y los impide ser extraños los unos a los otros; principio y lazo de toda sociedad, de toda reunión amistosa, preside a las fiestas, a los coros y a los sacrificios. Llena de dulzura y aleja la rudeza; excita la benevolencia e impide el odio. Propicio a los buenos, admirado por los sabios, agradable a los dioses, objeto de emulación para los que no lo conocen aún, tesoro precioso para los que le poseen, padre del lujo, de las delicias, del placer, de los dulces encantos, de los deseos tiernos, de las pasiones; vigila a los buenos y desprecia a los malos. En nuestras penas, en nuestros temores, en nuestros disgustos, en nuestras palabras es nuestro consejero, nuestro sostén, y nuestro salvador. En fin, es la gloria de los dioses y de los hombres, el mejor y más precioso maestro, y todo mortal debe seguirle y repetir en su honor los himnos de que él mismo se sirve, para derramar la dulzura entre los dioses y entre los hombres.” [Platón, “El banquete”]
He decidido compartir con vosotros este fragmento del discurso de Agatón en “El Banquete” de Platón. Si no lo habéis leído ya, os recomiendo que lo hagáis. En él se cuenta el día en el que varios eruditos, incluyendo a Sócrates, deciden honrar al amor desde sus campos.
En una ocasión sentí muy claro el amor. Mi mejor amiga estuvo cuidándome todo el día y me olvidé completamente del dolor de cabeza y de estómago. Porque quien te ama está contigo en las buenas y en las malas. Os invito a pensar hoy en el protagonismo del amor en vuestras vidas, cómo podéis mejorar en aquello a lo que dedicáis vuestro tiempo, a pensar en qué personas hacen vuestra vida más fácil de manera altruista simplemente porque os quieren. Da gracias a Dios por ellas, por cada una, con sus nombres y apellidos. Él las puso en tu camino y a través de ellas, Él te ama. (Samuel Arnau – Comunidad de Zaragoza, Cuaderno de Pascua 2017)