Una reflexión para cada día: Quinto sábado de Pascua 16 de mayo 2020
«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra».». [Jn 15, 18-21]
“No me gustan los extraños porque no me gusta la gente que no conozco. Es difícil comprenderlos. Es como estar en Francia, que es adonde íbamos a veces de vacaciones cuando Madre estaba viva, de camping. A mí no me gustaba nada porque cuando ibas a una tienda o a un restaurante o a una playa no entendías lo que decía la gente y eso daba miedo.
Me lleva mucho tiempo acostumbrarme a la gente que no conozco. Por ejemplo, cuando en el colegio hay un miembro nuevo del equipo de educadores no le hablo durante semanas y semanas. Lo observo hasta saber que no representa un peligro. Entonces le hago preguntas sobre sí mismo, si tiene mascotas, cuál es su color favorito, qué sabe de las misiones espaciales Apolo, y le hago dibujarme un plano de su casa y le pregunto qué coche tiene, para así conocerlo mejor. Entonces ya no me importa si estoy en la misma habitación que esa persona, y ya no tengo que vigilarla constantemente.
Así pues, para hablar con otros vecinos de nuestra calle, tenía que ser valiente. No tenía elección.” [Mark Haddon, “El curioso incidente del perro a medianoche”]
Christopher, el protagonista de El Curioso Incidente del Perro a Medianoche, comparte en estos párrafos su propio temor a lo desconocido. Probablemente, todos nos podemos sentir identificados con esto en algún momento de nuestra vida. Nos incomoda sentir que hay algo que se escapa a nuestro control o que no podemos entender. La fe, ya sea en la Iglesia o en cada individuo, ha tenido que lidiar con esa sensación desde siempre. Sin embargo, tanto Christopher como Jesús tienen una respuesta para esa sensación: que seamos valientes. Como cristiana, tener presente que el mensaje de Dios es más fuerte que cualquier cosa que pueda temer, me ha ayudado en muchos momentos; frente al odio del que hablaba Jesús en el Evangelio, pero también frente a mi propio miedo a lo desconocido. Siempre habrá algo que no entendamos, siempre habrá personas que no nos entiendan y siempre habrá reacciones ante el miedo. Se trata de encontrar, a través de la fe, algo que esté por encima de todo eso. Algo que nos ayude a ser valientes. (Lara Coto – Comunidad del Perpetuo Socorro de Madrid, Cuaderno de Pascua 2017)